martes, 11 de diciembre de 2012

Entornos naturales protegidos y diseñados para todos


Los Parques Nacionales de Doñana, Aigüestortes i Estany De Sant Maurici y Timanfaya son tres ejemplos.


En Europa hay unos 80 millones de discapacitados (20% del total de la población del continente)
«En España se ha avanzado mucho y muy deprisa en materia deaccesibilidad universal para todas las personas en espacios naturales protegidos. Solo hay una cosa que envidiar al resto de países europeos: ellos cumplen lo que legislan. Nosotros disponemos de una normativa maravillosa, pero nos cuesta llevarla a la práctica», comenta María Josefa Álvarez, de la Fundación Once.
El mes pasado, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) planteó incorporar enmiendas al texto del Proyecto de Ley de Declaración del Parque Nacional de las Cumbres de Guadarrama, de modo que éste regule las condiciones de uso necesarias para cualquier visitante, con independencia de su condición física, síquica o sensorial.
El ocio constituye hoy un factor de integración social, tal y como puedan serlo el derecho a la educación o al trabajo, por ejemplo, apunta el arquitecto Jose Luis Borau. Sin embargo, «aún se observan problemas relacionados con la normalización de la participación y el disfrute de las infraestructuras y recursos turísticos por parte de las personas con discapacidad, los niños, los mayores, los extranjeros, los lesionados, etc».

Mínimo impacto ambiental

«Se da una ruptura entre los gestores y técnicos de los parques y las universidades que los forman. Los planes de estudios no contemplan una orientación dirigida a la atención y servicio de las personas con discapacidad», explica Álvarez.
La segunda barrera es económica. «La inversión sería menor si cuando se acomete la renovación del mobiliario de un centro de interpretación se resuelven los criterios de accesibilidad obligatorios o si se produce unmantenimiento regular de las instalaciones», reseña Borau.
«Pedimos que se intervenga dónde ya se han efectuado construcciones (albergues, caminos, áreas de descanso, etc.) en base a criterios de mínimo impacto visual y ambiental, para que se preserve el paisaje y se origine una interferencia ínfima en los procesos naturales», manifiesta Álvarez.

Boca a boca

El símbolo internacional de accesibilidad (SIA) puede resultar engañoso por el grado de subjetividad que entraña. «Para evitar las situaciones de peligro y las frustraciones de los visitantes hay que ir más allá de lasvaloraciones de dificultad (fácil, media o difícil) que realizan los responsables y técnicos de los parques», resalta el arquitecto.
Las webs de los espacios naturales ayudan a planificar las escapadas con antelación. Pero no siempre son legibles/audibles. «Cuando me toca elegir playa prefiero recurrir a Google Earth, he desarrollado cierta pericia a la hora de calcular la profundidad del agua por su color o la distancia que separa la línea de mar de la ciudad», relata la jefa del área de accesibilidad al medio físico de la Fundación Once.
En internet cualquier paraje puede resultar atractivo y fácil a priori. Pero la realidad es que luego te puedes encontrar «con un paisaje dunar infranqueable para alguien con muletas o que tiene diez metros de ancho sin pasarelas por ningún lado», concluye Álvarez. El boca a boca y lapropia experiencia funcionan mejor en el día a día.
«Somos casi cuatro millones de personas con discapacidad en España; vivimos en familia y tenemos amigos», subrayan desde el Cermi. Quienes buscan una oferta de ocio accesible nunca viajan solos ni necesariamente en temporada alta, por lo que acaban gastando casi un 80% más que cualquier otro turista.

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