martes, 11 de diciembre de 2012

La salud y los océanos

MEDIO AMBIENTE BIOLOGÍA

Tiene colesterol? Estoy seguro de que apreciará más el valor de unos hongos que producen estatinas, un grupo de sustancias usadas para disminuir los niveles excesivos de colesterol en nuestra sangre. ¿Le han hecho un trasplante? Le encantará la isla de Pascua. En sus suelos se descubrió una bacteria que produce rapamicina, un inmunodepresor que se utiliza para evitar el rechazo de órganos. Vaya, ese molesto dolor de cabeza le impide funcionar a tope... Quizás la socorrida aspirina pueda sacarle del apuro y le ayude a reconocer la belleza del sauce blanco, cuya corteza nos proporciona este analgésico, antiinflamatorio, antipirético y antiagregante plaquetario.
Cincuenta de las cien medicinas más utilizadas y dos terceras partes de las nuevas tienen su origen en la naturaleza. Nuestros océanos ocupan el 70% de la superficie terrestre e incluyen algunos de los ecosistemas más ricos. Solo en los arrecifes de coral viven unas 700 especies de caracoles conos. Para capturar a sus presas, tienen un arsenal de cientos de toxinas con un potencial farmacológico impresionante. De momento, una, el veneno del 'Conus magus', se utiliza como analgésico en tratamientos de larga duración, pues es unas mil veces más potente que la morfina y no causa adición. Otros compuestos de conos están en ensayo clínico para su utilización contra el alzhéimer, el parkinson y la epilepsia. Pueden cambiar la vida a millones de personas.
Biodiversidad saludable
No son los únicos. En los océanos existen unas 10.000 especies de esponjas. A pesar de que solo una fracción se ha investigado químicamente, se han convertido en la principal fuente de productos naturales marinos. Las esponjas ya proporcionan remedios contra las infecciones víricas (Zovirax) y el sida (AZT). No está mal, teniendo en cuenta que solo se han obtenido productos naturales de unas 5.000 especies marinas de las más de 150.000 descritas.
Edward O. Wilson, experto en biodiversidad y evolución y ganador del equivalente al Nobel en Biología, predice que, al ritmo actual de extinciones, el 50% de las especies desaparecerá en... ¡cien años! No parece estar muy desencaminado. El 41% de los anfibios, el 33% de los corales, el 31% de los tiburones y de los cangrejos de agua dulce, el 30% de las coníferas, el 25% de los mamíferos y el 13% de las aves se encuentran amenazados, según la Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza. En total, unas 20.000 especies en peligro de 60.000 estudiadas.
Entre ellas, se encuentra el oso polar, cuyas hembras podrían abrir las puertas a la prevención de la osteoporosis. Su retiro hibernal pre y postparto dura unos seis meses en los que ni bebe, ni come, ni apenas se mueve. Es el único mamífero que no pierde masa ósea mientras hiberna. Un periodo de inmovilidad semejante nos llevaría a perder más del 30% de la masa ósea. Además, durante la hibernación, tampoco defeca ni orina y, a pesar de ello, sale de su guarida totalmente saludable.
Si nosotros no pudiéramos eliminar las toxinas del cuerpo, es probable que no sobreviviéramos más de una semana. De ahí la importancia de la diálisis para los enfermos renales. Para rematar la faena, ¿cómo es posible que un animal que en poco tiempo puede llegar a doblar su peso corporal a base de comer grasa no sufra de diabetes asociada a la obesidad? Esperemos que el cambio climático no impida avanzar en la prevención y cura de estas y otras enfermedades que padecen millones de personas.

Fuente: www.nuestra.tierra-laverdad.es

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