viernes, 16 de septiembre de 2011

Descubren una nueva especie de delfín en Australia

Científicos australianos han descubierto una nueva especie de delfín en las costas del sur del país aunque han alertado de su reducida población, informaron hoy medios locales.
El cetáceo, denominado Tursiops australis, habita en la Bahía de Port Phillips, los lagos de Gippsland y las aguas de la isla de Tasmania y de Australia del Sur.
El hallazgo, realizado por Kate Charlton-Robb de la Universidad de Melbourne, se realizó tras comparar los cráneos y el ADN de esta especie con los del delfín mular o nariz de botella (Tursiops truncatus).
"La morfología del cráneo y la externa así como la coloración y la parte genética son bastante distintas", dijo la investigadora a la emisora ABC.
Charlton-Robb señaló que hay solamente 150 ejemplares en la región.
Tras el descubrimiento, el principal objetivo es "obviamente la conservación de esta especie para que las futuras generaciones puedan disfrutar de su presencia y seguir con las investigaciones", dijo.
La última vez que se descubrió una nueva especie de delfín en Australia fue en el siglo XIX.

Fuente: www.elmundo.es

El sector pesquero vuelve a crecer tras años de recesión en la localidad

El próximo 1 de octubre, tras ser elegido por una abrumadora diferencia de votos, Ángel Luchoro tomará posesión oficialmente como patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola para los próximos cuatro años. Él consiguió 77 votos, Remedios Ruso, 10; Pedro Monllor, 3; Andrés Vidal, 1 y Francisco José Soler, 1. La clave en este gran resultado para Luchoro es que “en un año hemos conseguido hacer lo que mucha gente no ha logrado en 12 años”, indica. Así, por primera vez en mucho tiempo el sector pesquero local ve la luz al final del horizonte. “El sector pesquero sí tiene futuro”, afirma contundente el patrón mayor. “Como estamos ahora, si nos mantenemos, estamos bien”, añade. Si otros años la noticia era que se desguazaban barcos, en esta ocasión la buena nueva es que este mes se incorporan tres nuevos arrastreros a la Cofradía de Santa Pola. Además, últimamente ya han llegado 15 “busas” o barcos de artes menores. Los elevados costes de explotación y el bajo precio de venta del pescado hacían antes insostenible al sector, pero las cosas han cambiado. “Hemos conseguido bajar los costes de explotación entre un 50 y un 70%”, señala Luchoro. Así, la Cofradía ha negociado directamente con los proveedores y prescindiendo de los intermediarios útiles de pesca como redes y aparejos salen mucho más baratos. Para que nos podamos hacer una idea, como media un pesquero podía antes gastar 30.000 euros anuales en redes y ahora le cuestan solo 15.000. También se ha bajado el porcentaje de correduría de lonja –el tanto por ciento que los barcos deben pagar por cada una de sus ventas diarias– del 4% al 3,5%. “Mi intención es rebajar aún más esta cuota y que llegue a ser incluso gasto cero”, apunta el patrón mayor. Su proyecto es poner en valor las propiedades patrimoniales de la Cofradía. Se reestructurarán sus edificios y se podrán hacer oficinas que se alquilarán. Y el dinero conseguido servirá para pagar el canon de la lonja. Recordamos, además, que la Cofradía tiene su propia gasolinera, donde el precio del gasóleo es entre 10 y 20 céntimos más barato. También han conseguido el aceite de motor más económico. Por otro lado, el precio de venta del pescado en la lonja se ha duplicado este verano respecto al año anterior. Esto supone que si, como media, un marinero se estaba llevando antes semanalmente unos 100 euros de parte, ahora se lleva 200. La principal causa de este aumento es la entrada de dos grandes mayoristas en la lonja: Mercadona y Grupo El Árbol. “Parece ser que el consumidor demanda la calidad del Peix de Santa Pola y las cadenas de distribución se han dado cuenta”, comenta Luchoro. Y es que la calidad del Peix de Santa Pola es cada vez más valorada. “Los propios pescaderos nos dicen que el pescado adquirido en Santa Pola aguanta 6 ó 7 días y el de otras lonjas solo 3”, comenta.
El patrón mayor más joven de la historia A sus 39 años, Ángel Luchoro es el patrón más joven que ha tenido la Cofradía de Pescadores de Santa Pola en toda su historia. De hecho, accedió al cargo con tan solo 37 años cuando se jubiló su antecesor, José Ramón García. Además, es el primer patrón mayor que no es armador, sino marinero. Ahora, con el refrendo que le han dado sus compañeros con los votos, se siente con más respaldo para emprender nuevos proyectos. “Como popularmente se dice, los toros no se ven igual desde fuera de la barrera”, confiesa. Así, en el año y medio de experiencia que lleva en el cargo, ha aprendido la complejidad que conlleva el ejercer como patrón mayor. Uno de sus objetivos primordiales, según señala, es que en la Comunidad Valenciana los marineros cobren la prima de unos 36 euros diarios durante los paros biológicos, igual que sucede en otras Comunidades Autónomas. Aquí solo cobran ayudas de la Administración los armadores. De esta forma, los marineros van perdiendo la prestación por desempleo que tienen acumulada durante los meses de parada biológica.

Fuente: www.periodicosantapola.es

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El hielo del Ártico está en mínimos históricos y continúa bajando su extensión


El hielo flotante sobre el Ártico ha disminuido este verano hasta un nivel desconocido desde que empezaron a tomarse mediciones por satélite en 1972. Los mapas sobre la extensión del hielo que publican regularmente los climatólogos de la Universidad de Bremen indican que el hielo sobre el Ártico cubría el pasado 8 de septiembre 4,24 millones de kilómetros cuadrados, lo que supone un récord histórico, ya que la mínima extensión conocida, que data del 17 de septiembre de 2007, fue de 4,27 millones de kilómetros cuadrados.
Y ese mínimo histórico todavía podría reducirse más, ya que el periodo de deshielo no ha terminado todavía en las latitudes boreales y queda al menos una semana de fusión. Como es sabido, el agua del Ártico sigue un ciclo anual de congelación y deshielo, llegando a su máxima extensión en torno a marzo, al final del invierno, y al mínimo en septiembre, cuando acaba el verano.
En las últimas décadas los científicos han observado un continuo descenso de la extensión del hielo, que se aprecia especialmente en el mínimo anual de septiembre. Desde 1972, además, se ha duplicado la velocidad de deshielo durante el verano y la extensión se ha redudido un 10% por década hasta llegar a la de 2011, que para los expertos de Bremen es el récord histórico conocido por el hombre y posiblemente, el punto más bajo alcanzado por el hielo en los últimos 8.000 años según sus estimaciones.
El National Snow and Ice Data Center (NSIDC) de EEUU, el gran centro de referencia mundial en el estudio de los hielos, todavía no ha emitido su informe de septiembre, pero se espera que los resultados sean similares a los de la Universidad de Bremen. Ya en agosto, el NSIDC señalaba que el nivel de hielo estaba cerca del récord anterior de 2007 y con una tendencia a empeorar.

Un Ártico navegable por primera vez

De hecho, en el verano de 2011 ha sido posible navegar por dos históricos pasos cerrados al hombre durante siglos. Tanto el Paso del Noroeste, al norte de Canadá, como el Paso del Noreste, por el norte de Siberia, han quedado abiertos para el paso de los grandes barcos de carga. Esto ocurrió por primera vez en la historia conocida en 2008 y en 2009 y se ha vuelto a repetir por tercera vez en 2011. La apertura de espacios hasta ahora vedados al hombre ha despertado el interés por llevar a cabo una explotación comercial del Ártico y ha generado la disputa diplomática entre los países con intereses en el área.

En el Ártico, las temperaturas han aumentado en las últimas décadas el doble que en el resto del planeta y el hielo ha retrocedido de forma tan continua y rápida que los científicos creen que es posible que dentro de 30 años se podrá ver un océano Ártico completamente desprovisto de hielo en verano, cuando las peores predicciones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU daban como fecha el año 2100.
Los datos fósiles prueban que la última vez que el Ártico estuvo sin hielo en verano fue hace 125.000 años, en pleno mínimo glacial y cuando la civilización humana no existía, pues el 'Homo sapiens' ni siquiera había salido de África.
Para los expertos de Bremen, el deshielo creciente del Ártico es fruto de la acción humana y de la emisión de gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera. "No hay variabilidad natural ni fenómeno meteorológico que explique estos cambios de un año para otro que está experimentando el hielo. Los modelos climáticos muestran que la reducción está relacionada con el calentamiento global de origen humano, que en el Ártico cobra especial notoriedad debido al efecto albedo", afirman en un comunicado.
El efecto albedo o el de reflexión de la luz por las superficies claras explica el proceso de aceleración espiral en la que ha entrado el Ártico. Las superficies blancas del hielo reflejan casi el 100% de la luz que reciben, pero cuando el hielo se derrite por una ligera subida de temperatura del mar, la superficie de agua oscura absorbe más luz, con lo que el agua se calienta más rápido y produce más deshielo. Esto crea unp proceso de retroalimentación severo que hace que cada vez sea más rápida e intensa la pérdida de agua helada.
De hecho, los científicos señalan que el Ártico no sólo ha perdido extensión de hielo, sino también grosor y antigüedad del mismo. Tras el mínimo de septiembre, el hielo vuelve a recuperarse durante el oscuro invierno polar, pero el nuevo casquete que se crea es menos grueso y más frágil que los hielos antiguos que ya se perdieron y por eso, al llegar la primavera, se esfuman mucho más rápido que antaño.
El grupo de trabajo de la Universidad de Bremen, dirigido por Georg Heygster, observa los dos polos desde hace años por medio del satélite Aqua de la NASA. Para ellos, el deshielo ártico tiene repercusiones directas sobre los ecosistemas boreales. "Afecta a las algas y los pequeños animales que forman la cadena alimenticia de la que dependen los peces, los mamíferos y el propio hombre". Los científicos señalan que el Ártico tiene un papel fundamental en la regulación del clima de la Tierra, como si fuera una especie de termostato planetario. Los cambios que en él acontecen influyen sobre las corrientes oceánicas y atmosféricas de todo el globo y pueden generar alteraciones en cadena en todo el planeta.


Contacte con el autor del artículo vía Twitter. @Pcaceres_

Fuente: www.elmundo.es

LA AGRICULTURA INTENSIVA LLEGA A DAÑAR LAS PRADERAS SUBMARINAS

El uso de fertilizantes agrícolas da lugar a un rápido deterioro de las praderas submarinas. Un estudio con participación española realizado en la costa de Alabama (Estados Unidos) confirmó que el incremento de nutrientes inorgánicos destruye estos hábitat y nos priva de los múltiples beneficios que aporta.

Además de albergar una gran diversidad de organismos, las praderas submarinas sirven de barrera de protección para la costa, cumplen un papel fundamental en el ciclo del dióxido de carbono atmosférico y en la producción de oxígeno y ayudan a mantener el aire y el agua limpios.

Pero estos importantes servicios ecológicos están en peligro. Un estudio de investigadores estadounidenses y españoles, entre los que se encuentra el científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Duarte, ha determinado que el uso de fertilizantes, procedentes principalmente de la agricultura industrial e intensiva, podría provocar un rápido deterioro de las praderas submarinas.

El trabajo de investigación, recientemente publicado en la revista Ecological Applications, señala que el uso de fertilizantes "afecta a la mayoría de los beneficios que obtenemos de las praderas submarinas".

El estudio se ha llevado a cabo en la costa del estado de Alabama (Estados Unidos), concretamente en la bahía de Mobile, en pleno golfo de México.
Sus resultados muestran una "pérdida drástica" de las praderas submarinas debido a un incremento de los nutrientes, un proceso denominado "eutrofización".


"Desde los años cincuenta se ha perdido cerca de una tercera parte de la superficie que cubrían las praderas submarinas", afirma Duarte. Las praderas son fuentes de alimentación de los consumidores primarios, es decir, de los organismos herbívoros y los que se alimentan del detritus de estas plantas.

Para evaluar los efectos de la contaminación con nutrientes en los ecosistemas marinos, los investigadores añadieron fertilizante a una pradera submarina durante seis meses de forma continuada. Tras el experimento, observaron que el exceso de nutrientes había erradicado la pradera casi en su totalidad. La pérdida de hábitat subamarino hizo que se redujese la abundancia de alevines de cangrejos, peces y camarones, que usan estas plantas acuáticas como refugio. Además, disminuyó la claridad de las aguas.

Curiosamente, según la primera autora del estudio, Andrea Antón, investigadora de la Universidad de Carolina del Norte, no todos los efectos fueron negativos: "A pesar de la pérdida de la pradera, el incremento en el uso de fertilizantes podría no afectar a la capacidad que tienen los ecosistemas marinos de absorber dióxido de carbono ni tampoco a su productividad".
El experimento "no afectó de forma consistente a la cantidad de alimento disponible para otras especies ni al intercambio de oxígeno y dióxido de carbono dentro de la cadena trófica", asegura Antón.


Según los resultados, el impacto del incremento de nutrientes inorgánicos sobre estos ecosistemas puede ser dispar - tanto negativo como neutro o positivo - y por tanto las políticas de gestión medioambiental dependerán de los ecosistemas que se quieren preservar.

Pero en el caso de las praderas submarinas, la pérdida de hábitat y los impactos drásticos en especies se interés comercial son lo suficientemente alarmantes como para exigir un control riguroso de la eutrofización de la costa, concluyen los autores.

(Más información: Antón A. et al (2011) "Decoupled effects (positive to negative) of nutrient enrichment on ecosystem services". Ecological Applications, 21:991-1.009.

Por José A. Montero. Revista Quercus. Cuaderno 306. Agosto 2011).

Fuente: RIRM