NATURALEZA - FAUNA
Un informe internacional alerta sobre la desaparición de animales, plantas y hongos porque no ofrecen beneficios evidentes a los seres humanos.
El camaleón de Tarzán, el correlimos cuchareta y el perezoso pigmeo tienen en común que son poco conocidos por la sociedad a pesar de que ocupan los primeros puestos de una nueva lista de las especies más cercanas a la extinción publicada por la 'Zoological Society of London' (ZSL) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Por primera vez, más de 8.000 científicos de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN se reunió para identificar 100 de los animales, plantas y hongos más amenazados del planeta. Los conservacionistas temen que se deje morir a estas especies, puesto que ninguna ofrece beneficios evidentes a los seres humanos. La cuestión que se plantea es si se puede poner precio a la naturaleza y dar prioridad a la protección de lo que genere algún tipo de provecho.
«El movimiento a favor de la conservación se inclinan cada vez más hacia un enfoque sobre qué puede hacer la naturaleza por nosotros, según el cual las especies y los hábitats silvestres se valoran y se priorizan con arreglo a los servicios que ofrecen a las personas», avisa el Profesor Jonathan Baillie, director de Conservación de la ZSL, quien añade que esto ha provocado que sea cada vez más difícil proteger las especies más amenazadas del planeta. Por ello asegura que se debe de adoptar una importante decisión moral y ética: ¿tienen estas especies derecho a sobrevivir o tienen las personas derecho a condenarlas a la extinción?
|
Camaleon tarzán |
El informe, titulado 'Priceless or Worthless?' ('¿Sin valor o de un valor incalculable?'), se presentó en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN que se celebró el pasado septiembre en Corea del Sur. La publicación pretende dar un impulso a la conservación de las especies consideradas 'sin valor' en el programa que establecen las ONG de todo el mundo.
«Todas las especies enumeradas son únicas e irremplazables. Si desaparecen, no existe cantidad de dinero que las pueda recuperar», asegura Ellen Butcher, coautora del informe. «Si aplicamos medidas inmediatas podemos ofrecerles la posibilidad de sobrevivir, pero esto exige a la sociedad su respaldo a la posición moral de que todas las especies tienen derecho inherente a existir», añade.
Los declives de estas especies se han producido principalmente como consecuencia de la acción humana aunque, en casi todos los casos, los científicos creen que su extinción todavía puede evitarse, si los esfuerzos de conservación se concentran. Las medidas a favor de la conservación han dado buenos resultados con muchas especies como el caballo de Przewalski ('Equus ferus') y la ballena jorobada ('Megaptera novaeangliae'), salvados de la extinción.
Las 100 especies incluidas en la lista, que pertenecen a 48 países diferentes, son las primeras destinadas a desaparecer completamente si no se hace nada para conservarlas. El perezoso pigmeo ('Bradypus pygmaeus'), por ejemplo, es uno de los animales que se enfrentan a un futuro más sombrío. La Isla Escudo, a 17 kilómetros de la costa de Panamá, es el único lugar del mundo donde pueden encontrarse estos pequeños animales. Con la mitad del tamaño de sus parientes continentales y un peso similar al de un bebé recién nacido, son los perezosos más pequeños y lentos del mundo y están clasificados como en peligro crítico de extinción.
El muriqui del norte ('Brachyteles hypoxanthus'), un mono que vive en los bosques húmedos costeros de Brasil, también está en peligro crítico de extinción debido a la caza y a la destrucción de su hábitat. En el caso del rinoceronte de Sumatra, su cuerno es vendido para la medicina tradicional asiática y cada kilo puede alcanzar un precio de 40.000 dólares. Se estima que quedan menos de 250 individuos adultos. 'Telmatobufo bullocki' es una especie de anfibio endémica de Chile que vive en los ríos y está amenazada debido al desarrollo, en su área de distribución, de proyectos energéticos.
|
Rafetus swuinhoei |
En un estado aún más crítico se encuentra 'Rafetus swuinhoei', una tortuga que vive en Vietnam y China, de la que se estima que tan solo sobreviven cuatro ejemplares. La caza y la destrucción de su hábitat la han llevado al borde de la extinción.
En el Reino Unido, una pequeña zona en Gales es el único lugar del mundo donde se puede encontrar un hongo, 'Cryptomyces maximus', que vive en forma de costra ampollada en los sauces. Actualmente, las poblaciones de estos hongos liberadores de esporas están en declive y un único acontecimiento catastrófico podría derivar en su destrucción total.
El saola ('Pseudoryx nghetinhensis') es uno de los mamíferos más amenazados del sudeste asiático. Conocido como el unicornio asiático debido a su rareza, la población de estos antílopes es posible que alcance actualmente tan solo unas decenas de individuos. En África, también se encuentra amenazado el hirola o antílope de Hunter, 'Beatragus hunteri', que vive en Kenia y Somalia, con menos de 1.000 ejemplares.
«Si creemos que estas especies tienen un valor incalculable, es hora de que la comunidad a favor de la conservación, el gobierno y la industria asuman sus responsabilidades y demuestren a las futuras generaciones que valoramos todas las formas de vida», argumenta el profesor Baillie.
Si bien la monetarización de la naturaleza sigue siendo una necesidad útil para los conservacionistas, no debe descartarse el valor más general de las especies al borde de la extinción, constata el informe. «Todas las especies tienen un valor para la naturaleza y, en consecuencia, para los seres humanos», afirma Simon Stuart, presidente de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de la UICN. «Aunque el valor de algunas especies pueda no parecer obvio a primera vista, todas contribuyen a su manera al funcionamiento saludable del planeta», añade.
Fuente: www.nuestra-tierra.laverdad.es