La extinción nocturna de incendios será posible gracias a un sistema aéreo no tripulado único en el mundo. La empresa española Nitrofirex se encarga de su desarrollo. El modelo, aún en fase de diseño, se presenta hoy en el Congreso español de Aeronaves no tripuladas, que se celebra en Madrid.
«Las labores de extinción mejoran por la noche: disminuyen la temperatura, viento y turbulencias. Además, los aviones llevan más cantidad de agente extintor a la zona en llamas en el menor tiempo posible. Sin embargo, ciertas limitaciones les impiden operar con seguridad durante el arco nocturno, dejando todo el trabajo en manos de equipos de tierra», señala Luis Bordallo, presidente de la firma.
El Depósito Planeador Autónomo se lanza desde un avión de transporte pesado (C-130 Hércules, A-400M, IL-76, C-17), dotado de rampa trasera, a unos 6000 pies de altura. Una vez liberada su carga, y una vez fuera del área de peligro, el vehículo activa un pequeño motor que lo dirige hasta la base del avión lanzador de forma autónoma. «La maniobra de recuperación se completa sin problemas gracias a la velocidad remanente del sistema aéreo no tripulado y a su pérdida repentina de peso», explica Bordallo, piloto de combate.
Altura adecuada
En la actualidad, los enfriamientos se realizan de manera manual, en función de la habilidad y experiencia de los aviadores. «Si el aligeramiento se efectúa a excesiva altura el agua se atomiza en su caída, pero, por efecto de la ascendencia térmica, no alcanza el núcleo del fuego. Y si es demasiado bajo, peor, porque el agua alcanza la superficie todavía compactada».
El modelo, aseguran, optimiza las operaciones: descarga las gotas a 1000 pies de altura (300 metros), por lo que estas aterrizan con el mayor diámetro posible (facilitando el intercambio de calor).
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