La UE se enfrenta en 2012 a la última oportunidad de superar el reto de salvar sus pesquerías del colapso de la sobrepesca. Uno de los últimos estudios científicos presentados concluye que las poblaciones de atunes y especies afines han disminuido un 60% de media en todo el mundo en el último medio siglo. ¿Y cuáles son los peces más amenazados? El estudio desvela que es el atún de aguas frías, como el atún rojo del Atlántico y el atún rojo del sur, que han disminuido hasta un 80%. Son especies de gran tamaño, longevas y con un alto valor económico.
De ahí, que este año sea clave para la nueva reforma de la Política Común de Pesca(PCP) y sean muchas las esperanzas depositadas en este proceso, que durará hasta finales de 2012. Desde la organización WWF "La reforma de la PCP abre una nueva puerta a la explotación sostenible de los recursos pesqueros en la UE." Por esta razón apuestan por una campaña a escala europea para que este proceso clave finalice con éxito este año.
María José Juan-Jordá, investigadora del la Universidad de A Coruña y autora principal del estudio, declara que “los resultados de este estudio, que se basan en una recopilación de las estimaciones de abundancia más precisas, muestran una situación global de las poblaciones de atunes que difiere de las interpretaciones más pesimistas descritas en el pasado”.
Según el reciente estudio, la mayoría de estas poblaciones de peces se han explotado al borde de la sostenibilidad, aunque se dan varias excepciones que sufren sobreexplotación. Y no solo hablan de peces grandes como el atún rojo, manjar en la comida japonesa. También ha sufrido un descenso acusado la caballa, que suele ser más pequeña y con ciclos de vida más cortos. Lo que demuestra que en este caso el tamaño no importa.
© Oceana/Enrique Talledo |
Un apunte positivo a esta malísima noticia medioambiental. Las cosas van mal pero no tan mal como se esperaban. Un estudio publicado en la revista Nature en 2003 concluía que la abundancia de grandes peces pelágicos, principalmente atunes, se había reducido en un 90% en el último medio siglo. Pese a ello la experta recuerda que “existen factores preocupantes que los organismos regionales de gestión pesquera deberían resolver pronto para asegurar un futuro sostenible en estas pesquerías”.
¿Qué gestión pesquera debería realizarse?
En opinión de los autores, la gestión de las poblaciones de atunes puede funcionar, “aunque con algunas especies la gestión pesquera necesita ayuda. Las de mayor valor comercial son las más sobreexplotadas. Claramente aún se obtienen beneficios económicos de la pesca ilegal de atunes rojos, un caso en el que el comercio internacional desborda la gestión pesquera, que normalmente es efectiva”, indica Nicholas Dulvy, investigador de la Universidad Simon Fraser (Canadá) que también ha intervenido en el trabajo.El estudio sugiere que aumentar las capturas puede seguir siendo arriesgado y que, como la demanda sigue aumentando, cualquier esfuerzo pesquero a nivel global debería hacerse “con mucho cuidado”. Juan-Jordá añade que “los organismos de gestión de la pesca no deben usar sus recursos solo para gestionar las especies de alto valor económico, como los grandes atunes, sino también para las especies con menor valor en los mercados, que son muy importantes por ser una gran fuente de proteínas para muchos países en desarrollo”. Iago Mosqueira, científico pesquero de la Comisión Europea y coautor del trabajo, apunta que “por lo tanto, toda la presión debe concentrarse ahora en lograr un futuro real para estas poblaciones y las pesquerías que dependen de ellas”.
En opinión de Juan Freire, Profesor de la Universidad de A Coruña y participante en el trabajo, “se necesitan compromisos serios y acciones efectivas para reducir el exceso global de capacidad pesquera, recuperar las poblaciones sobreexplotadas y regular el comercio que las pone en peligro. Solo así podremos garantizar unas capturas mayores, rendimientos económicos estables y reducir nuestro impacto en los ecosistemas marinos”.
Mientras que la organización conservacionista WWF reclama los siguientes puntos:
- Asegurar planes de gestión a largo plazo para recuperar la salud de las pesquerías y los ecosistemas marinos.
- Fomentar la pesca selectiva y de bajo impacto, evitando los descartes y las malas prácticas pesqueras.
- Asegurar la participación directa de los sectores implicados en la gestión de pesquera
- Apliquar estas normas a todos los barcos europeos, independientemente del lugar del mundo en el que operen.
Sin duda, con la PCP en la mesa es importante ponerse manos a la obra para frenar la sobrepesca.
Fuente: www.mundo-geo.es
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