domingo, 5 de febrero de 2012

Benidorm desiste de cubrir ´el llosar´ de Levante con arena

El macizo rocoso será señalizado para evitar que cientos de turistas sigan lesionándose cada año.

La playa de Benidorm no es la piscina de un hotel, sino una playa natural, con vida propia, que ha de conservarse. Así lo han reivindicado durante años grupos ecologistas y técnicos de Medio Ambiente. Lo recordaban cada vez que se tomaban medidas para tapar, e incluso eliminar, el macizo rocoso de un kilómetro que se extiende a unos 20 centímetros de la orilla de playa de Levante, y que cada año provoca centenares de heridas en los bañistas. Ahora, en parte por la crisis, esa petición de salvaguardar el ecosistema de la playa se verá cumplida. El Ayuntamiento de Benidorm optará, por primera vez en su historia, por señalizar y prevenir a los turistas sobre la existencia de esta gran masa rocosa, conocida como "el llosar", que ha sido caballo de batalla de los concejales de Playas de la localidad durante décadas.

Y es que "el llosar", aunque cada año parezca mayor, siempre ha estado ahí. Hasta ahora, sin embargo, su presencia se amortiguaba tapándolo con toneladas de arena. Una actuación que provocó en su día la desaparición de las dunas de Levante y hace pocos años, la de toneladas de arena que se acumulaba en las proximidades del Castillo y de la playa de Poniente (provocando además estas últimas lodos y agua turbia que encendieron las quejas de los usuarios).
Las únicas propuestas que podrían ser definitivas, y que no pasan por eliminar la roca, plantean pasarelas móviles, según informaron desde el Consistorio. Pero esas plataformas son muy costosas y ahora no es tiempo de inversiones. La crisis inclina por primera vez la balanza a favor de la naturaleza, y en contra de algunos hoteleros, que han expresado su malestar reiteradamente por las lesiones que las piedras causan a sus clientes.
Para que eso no ocurra, o al menos no tanto como hasta ahora (son centenares los heridos que atiende por esta causa el Centro de Salud), se informará sobre la existencia del macizo, recomendando precaución a la hora del baño.
Según explica el edil de Medio Ambiente y Playas, Pepe Marcet, lo que se plantea es "una campaña de información a los bañistas y a los operarios que trabajan en las playas, tanto socorristas como trabajadores de empresas concesionarias de servicios, para explicar que el llosar forma parte de la playa, que tiene beneficios de contención de la arena y que dejarlo como está no es fruto de la dejadez, sino de querer cuidar, a largo plazo, el ecosistema de la playa". Marcet sabe que la decisión no gusta a todos, como ocurre con el tema de las algas de Posidonea, pero se trata, según remarca, de velar por el futuro de las playas de Benidorm.
"El llosar" de Levante es un elemento que siempre ha estado ahí. Su presencia se hace más evidente cada año, más desde que se edificó la primera línea de la costa frenando las corrientes de viento que antes se daban, según recordaron técnicos de la Concejalía. Desde tiempos de Pedro Zaragoza hasta 2008 la forma de paliar sus efectos ha sido tapar sus aristas con una arena arrastrada ya por el mar. Hoy la única medida para evitar heridas en "el llosar", pasa por usar zapatillas de goma.

Desde hace medio siglo se ha intentado camuflar e incluso quitar la masa rocosa.

El primer alcalde que actuó contra el "llosar" fue Pedro Zaragoza. Según explicó su sucesor en el cargo años después, Miguel Pérez Devesa, el inventor de Benidorm fue el primero que intentó camuflar la masa rocosa de Levante utilizando la arena de sus dunas, cuyo resultado fue la desaparición total de éstas últimas. En 1987, se intentó eliminar la roca, pero a los tres días la actuación se paralizó por las protestas de los vecinos y la oposición de Costas y el propio Gobierno Civil. Para entonces, el 80% de los casos que se atendían en los puestos de socorro de la playa de Levante ya eran producidos por los cortes provocados por las rocas de la orilla, según apuntaba Cruz Roja. La cifra de atendidos diarios era una media de 30 casos. En 1991 el Ayuntamiento presentó el primer proyecto "piloto" para tapar las rocas del llosar de Levante con parte de la arena que iba a destinarse a la regeneración de la playa de Poniente. El tiempo demostró que tapar de arena la roca era una solución temporal, pero en 1994, al resurgir las piedras tras un temporal, "el problema del llosar" volvió sobre la mesa y se optó por la misma solución. En junio de volvió a tapar con arena. Se transportaron de 80 a 100 metros lineales de playa, al día, durante 25 días. Dos años después, el Ayuntamiento de Benidorm rechazó la actuación que proponía Costas para eliminar a modo experimental un tramo de la masa rocosa, para ver el comportamiento de la franja litoral, y en cambio se apuntó a la arena de los bancos formados en la zona inmediata al castillo como medida para regenerar la zona. En 2001, descartado otro estudio para quitar las aristas del Llosar en un tramo de 50 metros, se planteó entonces buscar la arena en los fondos de Sierra Helada. Sin embargo, no sería hasta 2008 cuando finalmente se realizaría el vertido sobre la roca de Levante. Se ejecutaría ante las quejas de vecinos y turistas por la calidad de la arena. Según los usuarios, la primera línea se había llenado de piedras y lodo por el uso de arena de inferior calidad, algo que entonces negó el Ayuntamiento. La arena procedía de la extraída durante las obras del paseo de Poniente. r. lópez

No hay comentarios:

Publicar un comentario