lunes, 22 de octubre de 2012

La extracción de agua subterránea agravó el terremoto de Lorca


Un estudio relaciona por primera vez la actividad sísmica con la sobreexplotación de un acuífero

El descenso del terreno, de dos metros en 20 años, influyó en las características del seísmo




El terremoto de Lorca, que en mayo de 2011 dejó nueve muertos y destruyó barrios enteros de la ciudad, estuvo influido por la extracción excesiva de agua del acuífero del Guadalentín para riego. Un estudiopublicado en la revista Nature geoscience relaciona por primera vez el hundimiento del terreno por la pérdida del acuífero con las características el seísmo. “Parece que la extracción de agua controló las características del terremoto”, explica José Fernández, del Instituto de Geociencias, un centro mixto del CSIC y la Universidad Complutense de Madrid, y coautor del estudio.
El acuífero del Guadalentín, una enorme bolsa de agua con una superficie de más de 200 kilómetros cuadrados, ha sido durante décadas sobreexplotado por los regadíos de la zona. En 50 años el agua ha bajado unos 250 metros. Lo conocen bien los regantes de la comarca, muchos de los cuales han tenido que pasar a cultivos de secano porque el agua ya no es accesible. Eso, en una zona sísmica como Murcia, ha terminado en un efecto imprevisto.
El terremoto de mayo de 2011, de magnitud 5,1, pudo empeorar por la extracción de agua. “Allí se han registrado velocidades de hundimiento del terreno de hasta 15 centímetros al año”, explica por teléfono Fernández, que desde 2006 estudia la variación de la zona. La zona era muy conocida por los científicos, lo que ha facilitado el estudio del terremoto. Desde 1990, el suelo ha descendido unos dos metros.
Los investigadores han analizado el terremoto de la conocida como falla de Alhama y su relación con la extracción de agua. “Al sobreexplotar el acuífero, varías la carga del terreno, y eso produce un cambio en los esfuerzos que actúan sobre la falla. Los máximos de esa variación coinciden con el lugar donde ha habido deslizamientos en el terremoto”, explica Fernández.
El modelo utilizado para simular el terremoto apunta a que sin el hundimiento del terreno puede que “la parte más somera del terreno no hubiera roto”. Que el terremoto fuera tan superficial (el hipocentro estuvo a solo dos kilómetros de profundidad) fue lo que lo hizo tan dañino.
Esta es la primera vez que se relaciona una actividad humana directamente con los efectos de un terremoto, aunque los investigadores no dicen que el descenso del nivel freático fuese la causa, sino que influyó en las características. Fernández explica que es un primer paso y que no se puede extrapolar a otros lugares con acuíferos sobreexplotados.
“El estudio podría ayudar al desarrollo de mejoras en la cuantificación del riesgo sísmico y complementar los mapas que sirven actualmente para definir la normativa de construcción”, precisa Pablo González, de la Universidad de Western Ontario (Canadá) en un comunicado del CSIC.
Fuente: www.elpais.com

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