domingo, 11 de diciembre de 2011

La sobrepoblación de ardillas causa daños a la agricultura

Estos animales se han incrementado de forma exagerada y están destrozando las mangueras de los riegos.

El gerente de Mas de Roc observa los daños causados por las ardillas
en las mangueras de riego de las plantaciones ubicadas entre Alcoy e Ibi.

La sobrepoblación de ardillas está provocando daños en las infraestructuras agrarias de las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Foia. Los animales de esta especie se han incrementado de forma exagerada en los últimos tiempos y están destrozando a mordiscos las mangueras de los riegos por goteo. Los daños también son evidentes en las plantaciones de frutos secos, de los que se alimentan. Los productores se quejan de que no pueden hacer nada para combatir la situación, dado que se trata de una especie protegida y la Conselleria de Medio Ambiente no autoriza su caza.
Tal y como ha venido informando este diario, la población de ardillas se ha disparado de forma espectacular en los dos últimos años en el conjunto de la comarca, hasta el punto que resulta fácil visualizarlas en cualquier salida al campo. La presencia es tan evidente que incluso han llegado a colonizar los parques urbanos de los distintos municipios de la zona, empezando por Alcoy.
Como cabía prever, lo que en un principio era un fenómeno simpático, ha empezado a convertirse en un problema, dado que esta sobrepoblación ya ha empezado a causar graves daños en las infraestructuras agrícolas. Los animales, sin ir más lejos, están destrozando a mordiscos las tuberías de los riegos por goteo.
Un ejemplo de ello lo constituye la cooperativa Mas de Roc, con plantaciones en Ibi, Alcoy y Penàguila, que en lo que lleva de año ya ha tenido que sustituir 400 metros de mangueras debido a las fugas de agua que se producen por los orificios ocasionados por los dientes de las ardillas.
Los técnicos no se ponen de acuerdo sobre los motivos que impulsan a estos animales a morder las mangueras. Si en un primer momento se especuló con que el objetivo era beber, ahora parece que cobra más fuerza la posibilidad de que se trate de una simple práctica para afilarse los dientes. Sea como fuere, los destrozos están ahí, y lejos de disminuir, cada día que pasa van a más.
Si bien las ardillas no tocan la fruta, por el contrario sí que se alimentan de los frutos secos, motivo este que ha propiciado que algunas plantaciones de nueces de la comarca se hayan quedado este año sin cosecha.

Los agricultores asisten a esta situación en medio del desespero, dado que no pueden hacer nada debido a que se trata de una especie protegida y la Conselleria de Medio Ambiente no autoriza su caza. Además, se da la circunstancia de que los depredadores, caso de ginetas, garduñas o aves rapaces, no están siendo capaces de devolver la estabilidad a la actual sobrepoblación de ardillas, con lo que cada vez hay más.

Cinegética

Fuentes consultadas por este diario han manifestado que, de seguir la actual situación, la Conselleria de Medio Ambiente podría terminar decantándose por introducir las ardillas en el listado de especies cinegéticas, de manera que pueda procederse a su caza. También se podría poner en marcha una campaña de capturas, al objeto de rebajar la población.

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